lunes, 9 de abril de 2012

Diálogo de besugos. Y besugas.


Hoy, a las nueve de la mañana, me lanzo a la aventura de sacar unos billetes. La señora parece aún dormida, pero como es la única ventanilla abierta -¿Semana Santa? ¿hora del café? ¿habrán ido al baño?- tomo aire. Al principio todo parece ir bien: destino, clase, horarios. Pero la cosa se complicó... :
(...)
.- ¿Cúantos billetes quieren?
.- Dos
.- ¿Adultos?

.- Dos
.- ¿Niños?
.- ¿Qué?
.- Que si viaja con niños
.- Ya le he dicho que solo quiero dos billetes...
.- ¿Eso es que no viajan niños?
.- Alguno viajará, pero conmigo no.
.- ¿Llevan equipaje?
.- Los niños no sé, pero nosotros sí, uno cada uno.
.- ¿Cúantos en total?
.- ...... pues... ya no estoy seguro..... creo que dos. Déjeme contar, uno cada uno, vamos dos, pues.... sí justo, digo que dos. ¡Sí, me arriesgo y digo DOS!

Y entonces me he puesto a reir, pero no de ella. Entiendo que se haya "amoscado", pero es que me he acordado de un sketch parecido de los geniales Gomaespuma. He llorao de risa, pero VEINTE minutos más tarde ya tengo billetes. España. Sí señó. España.

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