jueves, 17 de mayo de 2012

Más allá de esta pantalla



A menudo pienso que los que se dedican –dedicamos-  a intentar comunicar lo nuestro o lo de los que nos pagan, estamos inevitablemente centrados en nuestras investigaciones sobre herramientas y aplicaciones de Social Media para no quedarnos atrás  frente a la competencia, en atender nuestros múltiples perfiles o los de nuestros clientes, y en vivir en definitiva en este mundo virtual de labores y desvelos permanentes. En ocasiones, me temo que olvidamos lo obvio. Prestamos tanto de manera individual como colectiva tanta atención a la vertiente tecnológica de nuestro trabajo, que descuidamos de manera imperdonable las áreas que de manera tradicional nos han servido durante tanto tiempo para comunicar, para vender…
Voy a poner el ejemplo que me ha hecho darle una vuelta al asunto. Una empresa constructora ha repartido un folleto publicitario en mi ciudad, Santander. Hablamos de una implantación nacional en ciudades como Madrid, Burgos y Toledo, además de la capital de Cantabria, donde construyen en la actualidad varias promociones inmobiliarias. Suelen destacar por una publicidad llamativa, con profusión de medios y soportes y con alguna campaña agresiva que ha dado que hablar en el ámbito local; de manera que suelo prestar atención a su comunicación, ya que además cuenta con perfiles en Facebook, Twiter y YouTube. Pero no voy a citar su nombre, salvo especiales curiosidades de los amiguetes y compañeros curiosones…
Mi sorpresa ha sido al comprobar no ya la muy libre interpretación topográfica de la ciudad que aparece en el folleto, o las fotos de playas tomadas a muchos kilómetros del lugar de construcción -allá los compradores- sino las llamativas cuestiones ortográficas que refleja el texto. Para empezar, nos dice que la promoción está “en frente” de una rotonda. Llamativo: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltObtenerHtml?IDLEMA=30302&NEDIC=Si Pero añade que está junto “a el” Parque de Bomberos. Me temo que quiere decir “al”. Buscad aquí: http://buscon.rae.es/dpdI/
Ya vamos una cuestión ortográfica por línea. Vamos a la tercera: al parecer, las futuras viviendas están comunicadas con el Sardinero. Sardinero no es un señor, ni siquiera es una zona de Santander. A la zona a la que esta empresa quiere acercar a sus compradores se llama EL Sardinero, de forma que la mayúscula hubiera sido más oportuna, en mi humilde opinión.
Ánimo, ya solo quedan dos líneas en el texto. Un momento ¿he puesto tilde en la palabra “líneas”? Perfecto, ya no tengo que explicarles entonces que “la linea nº 3” está mal escrito: De nuevo: http://buscon.rae.es/draeI/
Sobre la última línea, no tengo nada que objetar, solamente cuenta con una palabra: “Santander”. Muy bien escrito.
Por curiosidad, he querido comprobar la página web, y he visto que el texto en la misma  está fusilado, es decir, que podéis comprobar los que tengáis especial interés que no han corregido ninguno de los errores. No hablamos de un modesto blog, ojo: una web empresarial de una constructora de éxito, patrocinadora de eventos y equipos...
Tal vez sea demasiado tiquismiquis y vea la paja en el ojo ajeno y no la viga en el mío. Pero una cosa es cometer de cuando en cuando un error y otra muy diferente caer en el ridículo al redactar cuatro meras líneas de sencillo texto. Seguro que en la escritura de compraventa se preocupan de que todo esté correcto.
¿Para qué sirve entonces tanta web, red social, folleto...? ¿Es la imagen adecuada que queremos transmitir si dejamos de cuidar el lenguaje?
Publicistas, redactores, empresarios del mundo: cuidemos los detalles.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Foursquare, cara y cruz

En la desmesurada carrera que las diferentes redes sociales mantienen entre sí para captar usuarios y convertirse en referentes de uso empresarial para la captación y fidelización de clientes y seguidores, una de las últimas tendencias más relevantes en Internet son las aplicaciones basadas en geolocalización, cuya tecnología está basada en el sistema de información geográfica (SIG) para la visualización, análisis y gestión del conocimiento geográfico. Haciendo uso de la ubicación del usuario, es posible averiguar dónde se encuentra en el momento en que se conecta a un sitio de la Red. Foursquare es la plataforma de geolocalización más conocida entre los usuarios, tras la desaparición de Gowalla.

Foursquare ha experimentado un crecimiento espectacular en los dos últimos años, lo que demuestra que la geolocalización está ganando popularidad entre los usuarios. En junio 2011 alcanzó los 10 millones de usuarios, que habían realizado más de 4,7 millones de check-ins en los EE UU y los 358 millones fuera de ese país. En menos de un año, estos datos se habían duplicado: en abril de 2012, Foursquare anunció en su blog que había alcanzado los 20 millones de usuarios, que habrían realizado 2 mil millones de check ins: http://blog.foursquare.com/2011/06/20/holysmokes10millionpeople/

Como herramienta de marketing, Ibán Manzno nos señala que las empresas pueden reclamar su lugar en Foursquare para crear promociones especiales para los usuarios de y atraer así a más clientes, mientras que las marcas que no basan su negocio en establecimientos, sino en productos o en servicios, también pueden estar presentes en Foursquare y utilizar la plataforma como una herramienta para hacer marketing a través de las Páginas para marcas y los Badges o insignias personalizadas.

Pero toda moneda de curso legal tiene una cara y una cruz: en cuanto a los riesgos de la geolocalización, lo primero que llama la atención es que existe una baja percepción del riesgo, ya que el 47% lo califica como moderado y el 18% como bajo o muy bajo. Bien es cierto que en la fase de implantación en la que nos encontramos, aún no se han detectado la enorme cantidad de riesgos que la geolocalización presenta en materia de seguridad ciudadana, por ejemplo. Pensemos sin ir más lejos en la violencia doméstica, o en las redes de delincuencia basadas en los robos "exprés" a domicilios. Supongo que con la evolución y paulatina implantación de estos sistemas, los problemas serán más relevantes. Respecto a esta cuestión de la seguridad en geolocalización y el malware móvil, este artículo nos aporta algunos datos muy interesantes: http://www.itespresso.es/geolocalizacion-y-malware-movil-principales-problemas-de-seguridad-en-2012-56776.html

Respecto a la utilidad para un negocio, debemos esperar aún a la progresiva implantación para empezar a ver los resultados, pero en principio entiendo que puede resultar útil como elemento fidelizador para el cliente: Gracias al aumento de los smartphones y las aplicaciones de geolocalización, muchas marcas como Starbucks, Macy´s o Pepsi ya están recibiendo información en directo sobre cuándo y dónde sus clientes están haciendo compras. Y es que algunas de estas empresas están convirtiendo a Foursquare en un programa virtual de fidelización, mientras que otros, ya están creando sus propias aplicaciones similares para ofrecer a sus clientes, desde el móvil, descuentos e incentivos de compra.